16/2/09
15/2/09
Washington Cucurto
Washington Cucurto, Quilmes, Argentina, 1973
Papá se incendia
Mi padre se vuelve al catolicismo
y quiere que yo también me vuelva.
Quiere que salgamos esta tarde
con una biblia bajo el brazo
a visitar a todo su público pudiente.
Mi padre quiere que le ayude a montar
un escenario sobre el techo del Abasto.
¡Para que toda la gente lo escuche!
¡Para que toda la gente lo aclame!
Mi padre pasa hablando del amor de Dios.
¡Ay, Dios mío tendré que soportarlo!
Mi padre pasa elogiando la remera
que Daniel trajo de Inglaterra.
Mi padre pasa haciendo bromas brillantes.
Mi padre, púdico sentimental, para recién afeitado
Papá se cuelga del cartel de Coto, le agarra
la electricidad y cae sobre el asfalto mugroso.
Papá pierde el conocimiento, y cree que es
Ricardo Zelarayán.
Si no estoy mintiendo un poco, ya no odia
A Enzo Francescoli.
Es más, cree que es Enzo Francescoli
Y anda haciendo chilenas por el aire.
Papá pisa un cable de su escenario y se
incendia,
desde abajo todos le tiran baldazos de agua
y le dicen: ¡Lárgate! ¡Lárgate!
Papá se larga y sale corriendo
(¡envuelto en llamas!)
hasta Tucumán y Agüero,
para el 46 hace bajar a toda la gente y se va
con el colectivo. ¡Y el colectivero de rehén!
Papá maneja el colectivo descontrolado,
el 46 da vueltas como un trompo
hasta que se mete en el Rancho A y B
donde los bolitas bailan cumbia.
El 46 dejó un gran agujero en la tierra.
Papá desapareció.
Los ratis de la 21 todavía lo andan
buscando.
___
Poemas tomados de: Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Pág.92
Papá se incendia
Mi padre se vuelve al catolicismo
y quiere que yo también me vuelva.
Quiere que salgamos esta tarde
con una biblia bajo el brazo
a visitar a todo su público pudiente.
Mi padre quiere que le ayude a montar
un escenario sobre el techo del Abasto.
¡Para que toda la gente lo escuche!
¡Para que toda la gente lo aclame!
Mi padre pasa hablando del amor de Dios.
¡Ay, Dios mío tendré que soportarlo!
Mi padre pasa elogiando la remera
que Daniel trajo de Inglaterra.
Mi padre pasa haciendo bromas brillantes.
Mi padre, púdico sentimental, para recién afeitado
Papá se cuelga del cartel de Coto, le agarra
la electricidad y cae sobre el asfalto mugroso.
Papá pierde el conocimiento, y cree que es
Ricardo Zelarayán.
Si no estoy mintiendo un poco, ya no odia
A Enzo Francescoli.
Es más, cree que es Enzo Francescoli
Y anda haciendo chilenas por el aire.
Papá pisa un cable de su escenario y se
incendia,
desde abajo todos le tiran baldazos de agua
y le dicen: ¡Lárgate! ¡Lárgate!
Papá se larga y sale corriendo
(¡envuelto en llamas!)
hasta Tucumán y Agüero,
para el 46 hace bajar a toda la gente y se va
con el colectivo. ¡Y el colectivero de rehén!
Papá maneja el colectivo descontrolado,
el 46 da vueltas como un trompo
hasta que se mete en el Rancho A y B
donde los bolitas bailan cumbia.
El 46 dejó un gran agujero en la tierra.
Papá desapareció.
Los ratis de la 21 todavía lo andan
buscando.
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Poemas tomados de: Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Pág.92
12/2/09
Lalo Barrubia
Lalo Barrubia, (Uruguay)
Seudónimo de Rosario González, Performer, Poeta
Verano
Va a empezar otro tiempo
la luz invade
la imagen
siempre conmigo
Cuando de mañanita el hombre
me toma el pelo y me agarra
por la espalda
Toda la gran cama vacía
saliendo del hueco de los labios
toda donde su cuerpo se alarga sobre mí
con su color a tierra
Su extranjera boca
abierta
de muchas horas abierta
de muchas horas las pupilas dilatadas
y las rodillas de piedra
Ahora ya es verano otra vez
otro verano
que llegará sin piel
y así irá
también
apagándose
Y entonces volveré a usar su ropa
de hombre
como si me bañara de hombre
Caminando desnudo en la madrugada
más bello aún que con su bella ropa
abrigada
Todo su abrazo en la lluvia
todas esas cuadras
llevándome agarrada de los huesos
El verano es la fruta en sus manos
en sus dientes
su espalda en lo ancho de la playa
la cabeza empapada
El verano es la siesta luminosa
y larga
con sus puentes de arena
El verano es el sueño del verano
___
Poema tomado de: Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Pág. 42
Seudónimo de Rosario González, Performer, Poeta
Verano
Va a empezar otro tiempo
la luz invade
la imagen
siempre conmigo
Cuando de mañanita el hombre
me toma el pelo y me agarra
por la espalda
Toda la gran cama vacía
saliendo del hueco de los labios
toda donde su cuerpo se alarga sobre mí
con su color a tierra
Su extranjera boca
abierta
de muchas horas abierta
de muchas horas las pupilas dilatadas
y las rodillas de piedra
Ahora ya es verano otra vez
otro verano
que llegará sin piel
y así irá
también
apagándose
Y entonces volveré a usar su ropa
de hombre
como si me bañara de hombre
Caminando desnudo en la madrugada
más bello aún que con su bella ropa
abrigada
Todo su abrazo en la lluvia
todas esas cuadras
llevándome agarrada de los huesos
El verano es la fruta en sus manos
en sus dientes
su espalda en lo ancho de la playa
la cabeza empapada
El verano es la siesta luminosa
y larga
con sus puentes de arena
El verano es el sueño del verano
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Poema tomado de: Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Pág. 42
El Billar de Lucrecia en la XXX Fería Internacional del Libro Palacio de Minería
Ediciones El billar de Lucrecia • Poesía latinoamericana te invita a sus actividades dentro del la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería
Lunes 23 de febrero 2009
17:00 a 17:50 hrs.
Presentación de El desasido de Néstor E. Rodríguez. Poeta de República Dominicana
Participan: Sergio Loo, Rodrigo Castillo y el autor (directamente desde otras tierras)
Novedad 2009 EBL
Sede: ANTIGUA CAPILLA
Martes 24 de febrero 2009
17:00 a 17:50 hrs.
Lectura de poesía. Ediciones El Billar de Lucrecia • Poesía Latinoamericana para jóvenes
Participan: Rodrigo Castillo, Rocío Cerón, Citlali Rodríguez
Sede: ANTIGUA CAPILLA
XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería
Tacuba 5, Centro Histórico, C.P. 06000 Ciudad de México
Etiquetas:
actividades,
EBL,
El billar de Lucrecia,
lecturas,
POESÍA DE MÉXICO
11/2/09
Germán Carrasco
Germán Carrasco,
Santiago 1971
Héctor Figueroa
Mirando las Estrellas
Trabajo como una persona sola
Como el chino y el pobre que soy
Como si quisiera surgir.
Compró cd’s de Jazz, la revista madrileña Co & Co,
Libros de Anagrama, Visor e Hiperión.
Leo a poetas tan mal editados como mal nacidos
Que van al grano como las prostitutas al dinero:
Versos punzocortantes que empiezan generalmente con
[mayúscula
Para que se sienta el martillazo
Y para camuflar la prosa pura.
Mi casa es una taberna que recibe a toda clase de amigos:
Hijos de puta que consumen mi tiempo, mis libros
Y el trago que le da sentido
A mi vida sin sentido de cartero.
A veces viene la mujer araña
A encarnarse conmigo durante días de ausencia laboral.
Me hace café, me da comida,
Limpia el baño de quinta de recreo
Y me deja vacío
Fumando, mirando las estrellas.
PARA UN APRENDIZ DE ESPAÑOL
Sonidos que raspan la garganta como ciertos sabores,
ruidos en la rugiente Babel, ritmo y rareza de una lengua
cuyo ronco raspar fricando alvéolos Retumba
cierta rudeza o rugir de raza rara, erres
tribales, endogámicas, difíciles, lo último de aprender
en una lengua como el lenguaje refinado de la poesía
o un rasposo blues, si prefieres: delirario:
diario
de lirios y delirios del guerrero en el chisporroteo del remolino
mas, ya que el desorden –como el de tu pelo sin ir más lejos
es un orden dinámico por ahí hemos de empezar: di rosa
o –Stein –una rosa es una rosa es una rosa
( de Calas)
--
Poema tomado de: Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Págs. 72-73
Santiago 1971
Héctor Figueroa
Mirando las Estrellas
Trabajo como una persona sola
Como el chino y el pobre que soy
Como si quisiera surgir.
Compró cd’s de Jazz, la revista madrileña Co & Co,
Libros de Anagrama, Visor e Hiperión.
Leo a poetas tan mal editados como mal nacidos
Que van al grano como las prostitutas al dinero:
Versos punzocortantes que empiezan generalmente con
[mayúscula
Para que se sienta el martillazo
Y para camuflar la prosa pura.
Mi casa es una taberna que recibe a toda clase de amigos:
Hijos de puta que consumen mi tiempo, mis libros
Y el trago que le da sentido
A mi vida sin sentido de cartero.
A veces viene la mujer araña
A encarnarse conmigo durante días de ausencia laboral.
Me hace café, me da comida,
Limpia el baño de quinta de recreo
Y me deja vacío
Fumando, mirando las estrellas.
PARA UN APRENDIZ DE ESPAÑOL
Sonidos que raspan la garganta como ciertos sabores,
ruidos en la rugiente Babel, ritmo y rareza de una lengua
cuyo ronco raspar fricando alvéolos Retumba
cierta rudeza o rugir de raza rara, erres
tribales, endogámicas, difíciles, lo último de aprender
en una lengua como el lenguaje refinado de la poesía
o un rasposo blues, si prefieres: delirario:
diario
de lirios y delirios del guerrero en el chisporroteo del remolino
mas, ya que el desorden –como el de tu pelo sin ir más lejos
es un orden dinámico por ahí hemos de empezar: di rosa
o –Stein –una rosa es una rosa es una rosa
( de Calas)
--
Poema tomado de: Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Págs. 72-73
10/2/09
Editorial Apuntes de Lobotomía
"Fotos Imaginarias con Nieve de Verdad" de Arturo Carrera
EDITORIAL APUNTES DE LOBOTOMÍA
La editorial independiente Apuntes de Lobotomía tiene sede en México D.F., surge como un proyecto conjunto entre Verónica Zamudio, Demian Marín y Sergio Ernesto Ríos, con la finalidad de editar poetas latinoamericanos.
Los autores de las nueve plaquettes que componen la serie Primer pabellón son:
Arturo Carrera, Claudio Daniel, Rogelio Saunders, Lola Arias, Óscar David López, Ángel Ortuño, David Bustos, Roberto Echavarren y José Kozer.
Cada uno es la pieza de rompecabezas del plano de un hospital psiquiátrico.
Para pedidos y contacto:
apuntesdelobotomia@yahoo.com.mx
2/2/09
Fabián Casas
Fabián Casas, Argentina, 1965
Despertarte
Despertarte a mitad de la noche
y ver en el otro lado de la cama
a tu mujer llorando
es una experiencia importante.
quiero decir, entre otras cosas,
que mientras paseabas por los cuartos
iluminados de tu cerebro algo se estaba gestando cerca
tuyo.
Un error con el cual mantenés una particular relación
de intimidad.
Porque aunque no firmemos nada,
Ni corramos apurados bajo la lluvia de arroz
pensamos que es para toda la vida
y así seguimos.
Botes, que durante la noche
quedan amarrados al muelle,
golpeándose entre sí,
según el viento.
--
Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Pág.79
Despertarte
Despertarte a mitad de la noche
y ver en el otro lado de la cama
a tu mujer llorando
es una experiencia importante.
quiero decir, entre otras cosas,
que mientras paseabas por los cuartos
iluminados de tu cerebro algo se estaba gestando cerca
tuyo.
Un error con el cual mantenés una particular relación
de intimidad.
Porque aunque no firmemos nada,
Ni corramos apurados bajo la lluvia de arroz
pensamos que es para toda la vida
y así seguimos.
Botes, que durante la noche
quedan amarrados al muelle,
golpeándose entre sí,
según el viento.
--
Zurdos. Última poesía LatinoAmericana, Yanko González & Pedro Anaya, Bartleby Editores, Fundación Domingo Malagón, 2005, Madrid. Pág.79
Technopaegnia, por Julian Herbert
POÉTICAS
TECHNOPAEGNIA Y POESÍA
en Letras Libres, Febrero de 2009
POR JULIAN HERBERT
Technopaegnia es la palabra griega sugerida por Ausonio (310 d.C.) para designar la estrategia de disponer los versos según la forma del objeto en que se imprimirán: un huevo, una hacha. Estas obras son antecedente de los caligramas. No solamente de los de Tablada o Apollinaire; también de los de George Herbert en el siglo XVII y los de Acuña de Figueroa en el XIX. Son fuente de tradición. Como lo es la poesía/praxis: desde los yambos y espondeos pindáricos –a cuyo son se ejecutaban danzas olímpicas– hasta radio dramas de Brecht como El proceso de Lucullus. Producir objetos o celebrar gestos, y entramar estos y aquellos con la escritura poética, es una forma venerable de la participación lírica –les guste o no a los académicos. Y la joven poesía mexicana no ha sido indiferente a esta herencia.
Entre nosotros, tales composiciones vienen de un largo y subterráneo río que parte de Tablada y pasa por Novo, Paz, Arreola, Poesía en voz alta, Ulises Carrión, Alejandro Aura, el deslenguaje oral de Ricardo Castillo, las instalaciones plásticas y sonoras de Alberto Blanco, los poemas visuales de Myriam Moscona –por mencionar muy poco. La relativa democratización de las nuevas tecnologías, la búsqueda de alternativas estilísticas y la pauperización de la lectura en México han insuflado nueva corriente a este caudal, lo que entre los poetas más jóvenes significa un volumen de documentación más vasto y detallado que el de otras épocas. También mejores herramientas para la divulgación.
Reseño a vuelo de pájaro unos cuantos ejemplos de estos procesos.
Motín Poeta, colectivo integrado por Carla Faesler, Rocío Cerón y Mónica Nepote, publicó en CD dos antologías: Urbe probeta (2003) y Personae (2006). La primera es, casi, un disco de canciones; contiene versiones felices pero en otras la unión de voz y música me parece forzada. La segunda es un ejercicio más propositivo pero fallido: aunque cada pieza fue compuesta por un poeta y un artista sonoro distintos, el conjunto resulta repetitivo, monótono. Ambos discos adolecen de un mismo defecto: parten de versos destinados originalmente a la página, y cuyo cuerpo no fue reescrito en calidad de poesía sonora.
Este colectivo participó en el festival Poesía en Voz Alta 2006; YouTube tiene un documento en video del performance. La calidad de registro es pobrísima, pero se alcanza a discernir el montaje. Carla Faesler realizó también videopoemas (v. YouTube) cuyo leitmotiv son fotorrecortes de sí misma. Algunas de estas piezas (“Asuntos internos”, “Limbo”) me parecen admirables, no sólo por la imaginación que las sostiene sino porque fueron realizadas con mínimos recursos tecnológicos. Rocío Cerón hace también poesía visual.
Minerva Reynosa, Sergio Ernesto Ríos y Óscar David López lanzaron en 2008 “Pimp M(t)y Poetry”, con sede en Monterrey. Se valen del arte postal. Minerva y Sergio me enviaron por correo searching the toilette in juárez avenue, libro casero de poemas y aplicaciones en ejemplar único. Óscar David repartió, en un encuentro de escritores, volantes a colores con la efigie de Gerardo Deniz; solicitó luego que cada invitado escribiera unos pocos versos dedicados al autor de Erdera, a quien le fueron entregados esos materiales a la mañana siguiente. Óscar David tiene montado The Gangbang Show, espectáculo de cabaret que incluye travestismo, lectura de poemas y música electrónica.
José Eugenio Sánchez, avecindado en Monterrey, ha realizado videopoemas tipográficos en colaboración con Rubén Gutiérrez y un discurso virtual con técnica de videogame (“Pistoleros famosos”) en colaboración con Ángel Sánchez (v. YouTube). A fines de los noventa fue guionista y actor en el espectáculo de danza El asalto a las putas. En 2007 su lectura coreográfica Balada de las últimas bombas (en colaboración con Judith Téllez) fue recibida con beneplácito en un pequeño pero repleto teatro de Barcelona.
Óscar de Pablo, espléndido lector de su propia obra, obtuvo un premio de slam poetry en la ciudad de México. Desde Guadalajara, León Plascencia Ñol realiza poemas visuales: metáforas tipográficas con técnica de grabado. En esa misma ciudad viven Jorge Méndez Blake, quien ha expuesto algunas instalaciones en video basadas en lecturas de poesía; y Víctor Ortiz Partida, quien realizó en 2005 una instalación tipográfica basada en poemas de la puertorriqueña Sylvia Figueroa. En León, Guanajuato, está Eduardo Martín del Campo, autor de poemas hipertextuales. En Tijuana, Adrián Volt ha dado a conocer Una sociedad ligeramente excitada, que incluye CD con poesía y música. También en Tijuana, Omar Pimienta realizó el proyecto Librería, 180 invitaciones institucionales viejas intervenidas con textos de autores diversos (www.libreria-omarpimienta.blogspot.com). En Querétaro, Román Luján realizó hace algunos años, en colaboración con Jordi Boldó, una serie de metáforas-mueble: poemas breves impresos sobre piedras. También con piedras realiza instalaciones tipográficas el poeta michoacano Efraín Velasco. En Saltillo se fundó, a fines de 2008, el Taller de la Caballeriza (www.caballeriza.blogspot.com), colectivo que reúne a poetas, artistas plásticos, músicos, teatristas y cocineros en torno a dos principios: la capacidad transretórica de la poesía (la posibilidad de crear efectos poéticos mediante soportes alternativos, géneros híbridos y materia poética no textual) y la descripción de lo poético como realidad sintética, simultánea, múltiple y móvil.
Habría que mencionar al paso, también, proyectos cuyo afán no es la producción de obras sino la documentación y/o difusión de estos procesos: Poesía y combate de Antonio Calera, Autismo tv de Inti García Santamaría (v. YouTube), el Periódico de poesía de la UNAM, el festival Poesía en Voz Alta, entre muchísimos otros. La nómina que doy es reducida: apenas se limita a los autores con los que tengo un contacto constante.
A pesar de que estos procesos compositivos tienen aceptación y demanda por parte de algunos lectores,* la mayoría de los poetas y críticos de poesía mexicanos los rechaza. Tal rechazo esgrime dos argumentos fútiles: “eso no es poesía” y “eso no es ninguna novedad, pertenece a la estética de las viejas vanguardias”. La pobreza del primer argumento radica en su hipocresía: parece implicar que está muy bien que se haga poesía visual y poesía/praxis (después de todo se trata de procesos que se ejercen cotidianamente y que son admitidos en los más selectos círculos intelectuales) siempre y cuando a) no se les llame “poesía” y b) quien los realice tenga título de actor, pintor o artista conceptual, no de poeta. Lo que se intenta salvaguardar no es un proceso creativo sino un título nobiliario: poeta. Esto me parece un tanto cursi y digno de un burócrata, no de un creador. Hablar de poetas en tránsito formal y poesía en soportes no convencionales me parece importante: lo considero vía para dar un sentido más puro a una de las palabras de la tribu.
El segundo argumento no es menos endeble, pero sin duda es más perverso: pretende que la experiencia material de los poetas es patrimonio exclusivo de las vanguardias históricas. Afirmación que quizás esté a la altura de don Ignacio de Luzán, pero que suena obtusa y hasta inmoral de cara al yonque tecnológico en que se convertirá el siglo XXI. No me parece imprudente citar aquí a Platón: “el castigo mayor es ser gobernado por otro más perverso, y es por temor a este castigo que gobiernan, cuando gobiernan, los hombres de bien”. Si algunos poetas hemos aprendido a usar Vegas o After Effects después de haber ejercitado el dáctilo es porque la poesía no es un pasatiempo: es una guerra espiritual con y por el mundo. En cualquier caso, negar que la technopaegnia y la poesía/praxis son parte de la tradición no es conservadurismo: es llana ignorancia.
El ninguneo que usualmente rodea en México a la poesía visual, sonora y activa empobrece nuestra vida intelectual. Lo que falta, a mi juicio, es una mayor crítica y autocrítica de estos procesos compositivos. Una crítica dura, seria, que tome en cuenta lo mismo la dimensión técnica y material (el empleo de herramientas retóricas alternativas) que la conceptual y emotiva. Pero que acepte también, como principio, que existen estructuras paratextuales a las que el nombre que mejor les conviene es el de poemas.
TECHNOPAEGNIA Y POESÍA
en Letras Libres, Febrero de 2009
POR JULIAN HERBERT
Technopaegnia es la palabra griega sugerida por Ausonio (310 d.C.) para designar la estrategia de disponer los versos según la forma del objeto en que se imprimirán: un huevo, una hacha. Estas obras son antecedente de los caligramas. No solamente de los de Tablada o Apollinaire; también de los de George Herbert en el siglo XVII y los de Acuña de Figueroa en el XIX. Son fuente de tradición. Como lo es la poesía/praxis: desde los yambos y espondeos pindáricos –a cuyo son se ejecutaban danzas olímpicas– hasta radio dramas de Brecht como El proceso de Lucullus. Producir objetos o celebrar gestos, y entramar estos y aquellos con la escritura poética, es una forma venerable de la participación lírica –les guste o no a los académicos. Y la joven poesía mexicana no ha sido indiferente a esta herencia.
Entre nosotros, tales composiciones vienen de un largo y subterráneo río que parte de Tablada y pasa por Novo, Paz, Arreola, Poesía en voz alta, Ulises Carrión, Alejandro Aura, el deslenguaje oral de Ricardo Castillo, las instalaciones plásticas y sonoras de Alberto Blanco, los poemas visuales de Myriam Moscona –por mencionar muy poco. La relativa democratización de las nuevas tecnologías, la búsqueda de alternativas estilísticas y la pauperización de la lectura en México han insuflado nueva corriente a este caudal, lo que entre los poetas más jóvenes significa un volumen de documentación más vasto y detallado que el de otras épocas. También mejores herramientas para la divulgación.
Reseño a vuelo de pájaro unos cuantos ejemplos de estos procesos.
Motín Poeta, colectivo integrado por Carla Faesler, Rocío Cerón y Mónica Nepote, publicó en CD dos antologías: Urbe probeta (2003) y Personae (2006). La primera es, casi, un disco de canciones; contiene versiones felices pero en otras la unión de voz y música me parece forzada. La segunda es un ejercicio más propositivo pero fallido: aunque cada pieza fue compuesta por un poeta y un artista sonoro distintos, el conjunto resulta repetitivo, monótono. Ambos discos adolecen de un mismo defecto: parten de versos destinados originalmente a la página, y cuyo cuerpo no fue reescrito en calidad de poesía sonora.
Este colectivo participó en el festival Poesía en Voz Alta 2006; YouTube tiene un documento en video del performance. La calidad de registro es pobrísima, pero se alcanza a discernir el montaje. Carla Faesler realizó también videopoemas (v. YouTube) cuyo leitmotiv son fotorrecortes de sí misma. Algunas de estas piezas (“Asuntos internos”, “Limbo”) me parecen admirables, no sólo por la imaginación que las sostiene sino porque fueron realizadas con mínimos recursos tecnológicos. Rocío Cerón hace también poesía visual.
Minerva Reynosa, Sergio Ernesto Ríos y Óscar David López lanzaron en 2008 “Pimp M(t)y Poetry”, con sede en Monterrey. Se valen del arte postal. Minerva y Sergio me enviaron por correo searching the toilette in juárez avenue, libro casero de poemas y aplicaciones en ejemplar único. Óscar David repartió, en un encuentro de escritores, volantes a colores con la efigie de Gerardo Deniz; solicitó luego que cada invitado escribiera unos pocos versos dedicados al autor de Erdera, a quien le fueron entregados esos materiales a la mañana siguiente. Óscar David tiene montado The Gangbang Show, espectáculo de cabaret que incluye travestismo, lectura de poemas y música electrónica.
José Eugenio Sánchez, avecindado en Monterrey, ha realizado videopoemas tipográficos en colaboración con Rubén Gutiérrez y un discurso virtual con técnica de videogame (“Pistoleros famosos”) en colaboración con Ángel Sánchez (v. YouTube). A fines de los noventa fue guionista y actor en el espectáculo de danza El asalto a las putas. En 2007 su lectura coreográfica Balada de las últimas bombas (en colaboración con Judith Téllez) fue recibida con beneplácito en un pequeño pero repleto teatro de Barcelona.
Óscar de Pablo, espléndido lector de su propia obra, obtuvo un premio de slam poetry en la ciudad de México. Desde Guadalajara, León Plascencia Ñol realiza poemas visuales: metáforas tipográficas con técnica de grabado. En esa misma ciudad viven Jorge Méndez Blake, quien ha expuesto algunas instalaciones en video basadas en lecturas de poesía; y Víctor Ortiz Partida, quien realizó en 2005 una instalación tipográfica basada en poemas de la puertorriqueña Sylvia Figueroa. En León, Guanajuato, está Eduardo Martín del Campo, autor de poemas hipertextuales. En Tijuana, Adrián Volt ha dado a conocer Una sociedad ligeramente excitada, que incluye CD con poesía y música. También en Tijuana, Omar Pimienta realizó el proyecto Librería, 180 invitaciones institucionales viejas intervenidas con textos de autores diversos (www.libreria-omarpimienta.blogspot.com). En Querétaro, Román Luján realizó hace algunos años, en colaboración con Jordi Boldó, una serie de metáforas-mueble: poemas breves impresos sobre piedras. También con piedras realiza instalaciones tipográficas el poeta michoacano Efraín Velasco. En Saltillo se fundó, a fines de 2008, el Taller de la Caballeriza (www.caballeriza.blogspot.com), colectivo que reúne a poetas, artistas plásticos, músicos, teatristas y cocineros en torno a dos principios: la capacidad transretórica de la poesía (la posibilidad de crear efectos poéticos mediante soportes alternativos, géneros híbridos y materia poética no textual) y la descripción de lo poético como realidad sintética, simultánea, múltiple y móvil.
Habría que mencionar al paso, también, proyectos cuyo afán no es la producción de obras sino la documentación y/o difusión de estos procesos: Poesía y combate de Antonio Calera, Autismo tv de Inti García Santamaría (v. YouTube), el Periódico de poesía de la UNAM, el festival Poesía en Voz Alta, entre muchísimos otros. La nómina que doy es reducida: apenas se limita a los autores con los que tengo un contacto constante.
A pesar de que estos procesos compositivos tienen aceptación y demanda por parte de algunos lectores,* la mayoría de los poetas y críticos de poesía mexicanos los rechaza. Tal rechazo esgrime dos argumentos fútiles: “eso no es poesía” y “eso no es ninguna novedad, pertenece a la estética de las viejas vanguardias”. La pobreza del primer argumento radica en su hipocresía: parece implicar que está muy bien que se haga poesía visual y poesía/praxis (después de todo se trata de procesos que se ejercen cotidianamente y que son admitidos en los más selectos círculos intelectuales) siempre y cuando a) no se les llame “poesía” y b) quien los realice tenga título de actor, pintor o artista conceptual, no de poeta. Lo que se intenta salvaguardar no es un proceso creativo sino un título nobiliario: poeta. Esto me parece un tanto cursi y digno de un burócrata, no de un creador. Hablar de poetas en tránsito formal y poesía en soportes no convencionales me parece importante: lo considero vía para dar un sentido más puro a una de las palabras de la tribu.
El segundo argumento no es menos endeble, pero sin duda es más perverso: pretende que la experiencia material de los poetas es patrimonio exclusivo de las vanguardias históricas. Afirmación que quizás esté a la altura de don Ignacio de Luzán, pero que suena obtusa y hasta inmoral de cara al yonque tecnológico en que se convertirá el siglo XXI. No me parece imprudente citar aquí a Platón: “el castigo mayor es ser gobernado por otro más perverso, y es por temor a este castigo que gobiernan, cuando gobiernan, los hombres de bien”. Si algunos poetas hemos aprendido a usar Vegas o After Effects después de haber ejercitado el dáctilo es porque la poesía no es un pasatiempo: es una guerra espiritual con y por el mundo. En cualquier caso, negar que la technopaegnia y la poesía/praxis son parte de la tradición no es conservadurismo: es llana ignorancia.
El ninguneo que usualmente rodea en México a la poesía visual, sonora y activa empobrece nuestra vida intelectual. Lo que falta, a mi juicio, es una mayor crítica y autocrítica de estos procesos compositivos. Una crítica dura, seria, que tome en cuenta lo mismo la dimensión técnica y material (el empleo de herramientas retóricas alternativas) que la conceptual y emotiva. Pero que acepte también, como principio, que existen estructuras paratextuales a las que el nombre que mejor les conviene es el de poemas.
1/2/09
Heriberto Yepez
Heriberto Yepez,
Tijuana, Mèxico.
Tijuana, Mèxico.
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