31/5/09

Cucurto según "El Clarín"

CULTURA : DE REPOSITOR DE SUPERMERCADO A REVELACION DE LA NARRATIVA

Washington Cucurto, el escritor del país que la literatura no mira

Sexo, cumbia y marginalidad en un registro que atrapa los bordes del siglo XXI. Escritor y personaje se confunden en un juego que ya trascendió el under.



Diego Erlan
derlan@clarin.com





La literatura de Washington Cucurto tiene historias de sexo, cumbia, marginalidad; bastante incorrección política y una "prosa poética" de bailanta ("Megabardera, ultratrola, imparable, por eso la quiero tanto, por eso amo a mi ticki cumbiantera"). A su paso, cosecha fanáticos y detractores. Todo, a través de una parafernalia (modesta, pero parafernalia al fin) de marketing que lo señala ya como un escritor maldito.

Cucurto es Santiago Vega, un quilmeño tímido y grandote de 34 años, ex repositor de supermercados que juega a ser otra persona que inventó o inventaron un grupo de poetas amigos. La anécdota dice que fueron los "18 Whiskys" (Fabián Casas, Daniel Durand, José Villa, Darío Rojo, Juan Desiderio y Mario Varela, entre otros) quienes le regalaron un libro con su poema Zelarayán, y que en vez de decir Santiago Vega decía Washington Cucurto (un chiste por su frase "yo no curto"). Se hizo cargo de la broma y así nació el "monstruo" que saltó del under al establishment editorial. Emecé acaba de editarle su último libro, El curandero del amor, para enojo y envidia de bloggers y escritores. La tapa es una foto de él: el escritor y el personaje.

Tanto en poesía como en narrativa, la experiencia Cucurto es una explosión de música y desfachatez donde hay palabras inventadas, insultos a políticos y reflexiones sobre los maestros (dice sobre Borges: "¿Cómo le voy a creer a un ciego que lee?").

En la vereda de su editorial Eloísa Cartonera —que ya va por los cien títulos de literatura latinoamericana—, Vega/Cucurto dobla cartones. De esta entidad ha dicho Beatriz Sarlo que su "gran invención es la del narrador sumergido, es decir, indistinguible de sus personajes". "El personaje —dice ahora Cucurto— me liberaba para novelar, para inventar cosas. Y me editan porque mi literatura llama la atención."

Mientras que Zelarayán (un texto fundamental de la poesía de los 90) o Cosa de negros tuvieron el efecto de una bomba molotov, otros textos se diluyen en el chiste fácil, la repetición de historias y una constante autorreferencia. Para él la literatura no es más que un entretenimiento, algo que no merece más importancia que otras cosas. "Me doy cuenta de que lo mío es otra cosa, que es algo anterior a la literatura. Es como una protoliteratura, más cercano al cómic, la televisión, las crónicas de diarios o algo de los blogs. Pero no es una literatura. Literatura es otra cosa: Borges, Di Giorgio, Rulfo, Bolaño.

—¿Por qué ellos sí y usted no?

—Porque tienen... yo-qué-sé, los libros son más pesados, están escritos en serio. Lo mío es más liviano, medio al pasar.

Se ríe de él mismo, de los demás, se contradice una y otra vez. Su nuevo libro incorpora una serie de críticas a su obra, la mayoría lapidarias. Pero las absorbe y las convierte en un eslabón más de su acción cultural: "No importa si hablan bien o mal sino cómo hablan. Prefiero que hablen con fundamento, que digan algo, porque si hablan al pasar es que la lectura no les produjo nada. Creo que en los blogs fue donde mejor me han leído. Para bien o para mal."

En la vida y en la obra de Cucurto, la persona real y el protagonista de todas sus historias se confunden: "Mucha gente, cuando me conoce, se sorprende, no tengo mucha relación con lo que hago, soy bastante callado."

—Al menos sabrá bailar...

—No, yo nunca fui a bailar, no sé bailar cumbia (ríe). Es parte del personaje. No estuve nunca en Paraguay. República Dominicana la inventé yo, antes no existía (ríe otra vez). Hay cosas que son de mi vida y otras que invento. Esa es mi literatura. Ahí hay una invención de algo. Pero estaría bueno que la literatura sea motor de cambio político, intervenga, como en la literatura de Rodolfo Walsh.

—¿Cree que los intelectuales intervienen?

—Podrían intervenir más. Tendrían que generar más cosas.

—¿Y usted, que escribe libros, se considera un intelectual?

—No, soy un trabajador, che.

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Artículo tomado de Clarín: http://www.clarin.com/diario/2006/12/08/sociedad/s-05001.htm

4to Aniversario de Quilombo

Cucurto en ESPN

Una mirada furtiva y rápida a la labor de Washington Cucurto como articulista de deportes en ESPN, no te lo pierdas en: http://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=840451&s=arg&type=column

30/5/09

Iván Trejo

Iván Trejo, México

Poemas


1



Entre tus brazos y mis brazos/ hay
un puente de tela corroída
por el tiempo //sí/ animal
ermitaño en hambruna// y uno
avanza sin saber dónde ha de parar/ en el puente
justo por el punto medio/ el camino es angosto
antes o después de cualquier lugar/ o es el tiempo
si uno se asoma bajo los pilares/ será por el mar
y el vaivén que marea a los suicidas/ como un canto
a la deriva/ uno no sabe
si ya durmió bastante/ o si ya ha desesperado el ángel
o los perros de la orilla/ si es un trozo de recuerdo
lo que galopa en el pecho/ o es la bendita putería
de la soledad/ bajo qué puente/
sobre qué puente/ en qué puente/ si supiéramos
tan sólo nombrarlo/ para que venga a llevarnos
volando casi a cualquier parte/ o es el temblor de mi mano
el que piensa/ que este puente no me sostiene más.


2.18



tengo las manos

demasiado grandes/ siempre

he querido rezar/ pero en nada creo

25/5/09

LA IMAGINACIÓN O EL CORAZÓN PERDIDO DE LA POESÍA MEXICANA, por Yaxkin Melchy

mayo 18, 2009
LA IMAGINACIÓN O EL CORAZÓN PERDIDO DE LA POESÍA MEXICANA
Reírse de la cara de alguien es como reírse de un poema. Acto inútil que ha estancado a un fuerte segmento de la poesía mexicana en la superficialidad de “los buenos poemas”, en los cuales los rasgos a evaluar son: la estructura, la imagen, lo comedido, y lo acertado del tema tratado según las circunstancias actuales irónicas o televisivas. Esta superficialidad es la de los poetas que nunca podrán creer en la poesía como profecía, sueño, delirio, conocimiento, sabiduría. Los que creen que hay que hacer poemas, y no mundos nuevos, los que creen que hay que ser poetas y no profetas o magos o sabios o místicos.

Ellos se engañan porque en el fondo de sus corazones saben que toda ficción poderosa es por densidad. La densidad de una obra es que no pretende dar solo significado, sino dirección, sentido. Harry Potter es una ficción poderosa, genera movimiento, genera aspiraciones, y valores que se asimilan. Sin embargo no toda obra poderosa tiene la bendición del mercado, la ficción corre los riesgos de ser un libro más que se cierra.

Ver “lo bueno o lo malo” del poema resulta tan superficial como clasificar a sus creadores en “buenos y malos” poetas, habría que pensar en la densidad de un poema que a lo mejor no entiendo o que me mueve al enojo. La densidad del poema: un hasta adónde pretende, habría que preguntarse… y en su caso evaluar.

La ficción igualmente tiene el poder de crear a los lectores de su mundo, de su entendimiento, sean humanidades luminosas o monstruos kamikazes, sean robots o animales travestis. Ruptura es asentar una nueva tradición.

En ese sentido quizá sea tanta la ruptura del sabio que ha recorrido todas las tierras, como las del profeta loco que ha descifrado los números del universo, sean ellos los poetas que han dado cuenta de una ficción sobrehumana, he ahí la genialidad. La realidad no existe, toda ficción es realidad, nuestra realidad es una ficción.

Poemas así, obras así, plantean el desafío: una apuesta mortal contra el tiempo que vive un solo hombre.
La ficción es un rito que queda en las mentes, más allá que en sus páginas. Y algún día en que los robots sean realidades o la humanidades luminosas, los monstruos suicidas o los animales travestidos. Algunos esos de los que se callaron dirán: pero si esto lo conozco y esto es un texto que soñé. En México los caminos de las escrituras potentes están más cercanos al ninguneo por el silencio, y a veces a ser descalificados como “sinrazones”, malos poemas o como textos con partes “rescatables” (para los más benevolentes). Estos lectores enclaustrados piensan que la literatura se acaba al cerrar el libro.

Sin embargo la poesía es pan en otros sectores de nuestro país (por poner el caso de comunidades indígenas) existe un delirio poético que se lee, se siente, se comenta, se festeja y el libro siempre queda abierto en las casas.

Los grandes poetas crean porque ellos son medios, prestan la voz a ficciones poderosas: dioses, sentimientos, ciencias, artes. Las grandes ficciones crean Valor, Aspiración, las obras fuertes son Éticas.

En el panorama nacional cada vez nos cansamos más de los ya acostumbrados “buenos poetas, comedidos muchachos”. Ellos que solo repiten las ficciones de su tiempo, cubriendo un segmento entre la televisión y el reloj mercantil.
Son los “poetas correctos” para un público que al cerrar un libro sólo le queda el recuerdo de haber leído un buen poema. Nada más.

La ficción no es hacer lindos versos, “buenas” imágenes. Por origen ficción es romper y recrear las reglas. Desde las más elementales que son las de la naturaleza. En el mundo real una manzana se cae al piso, en la literatura los animales son hombres y la gente vuela, y por ende las reglas políticas, religiosas, morales, mercantiles, personales también pueden romperse y recrearse. Por eso la ficción puede poner en jaque a un sistema político entero. Ficción es poner otras reglas del juego.

Todo poeta de nuestro aprecio debería ser místico, sabio, loco, profeta, científico, medium, y nunca más volver a ser poeta, todo poeta de nuestro aprecio es aquel poeta del que no podríamos reírnos por la simple cara de su texto.

Cansancio de las caras bonitas,
imaginar el corazón perdido de la poesía mexicana.


Yaxkin . Melchy



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Tomado de: http://destruccionmasiva.blogspot.com/2009/05/la-imaginacion-o-el-corazon-perdido-de.html

16/5/09

Rocío Cerón, "Imperio"

Imperio es una acción poética, sonora y visual que conjunta el trabajo creativo de tres artistas partiendo del libro de poemas del mismo nombre. La acción conjunta la investigación y el diálogo visual y sonoro a través de la creación de texturas, imágenes, sonidos y composiciones todas creadas en específico y que da como resultado una acción donde se funden los tres lenguajes para crear en el espectador una experiencia sobre los múltiples significados de la guerra.

Con la producción de Imperio, Motín Poeta realiza su tercer producción interdisciplinaria, ésta significa una larga labor de trabajo y diálogo entre los participantes y dará cuenta al público, a los escuchas y a los lectores de las posibilidades de un trabajo en colaboración donde se ha permitido la contaminación entre distintos lenguajes artísticos para romper con la idea de un arte purista.

Imperio quiere representar un trabajo que dialogue con el aire de los tiempos y que abra el contacto entre la poesía y otras artes. La acción poética permitirá, a su vez, contactar con el público, los espectadores y los escuchas de manera más directa y en tiempo real. La acción poética que realizaremos nos permitirá sacar del soporte del libro los diversos contenidos y desdoblarlos a nivel escénico y performático.

11/5/09

El taller de la Caballeriza

El Taller de la Caballeriza
El Taller de la Caballeriza es un colectivo de arte interdisciplinario con sede en el Centro Cultural Casa Purcell de Saltillo, Coahuila, México. Reúne a músicos, teatristas, animadores culturales, artistas plásticos, videastas, fotógrafos, cocineros y poetas en torno a productos y procesos creativos identificados bajo el rubro general de poesía visual, sonora y activa: poesía en tránsito. El taller fue creado a finales de octubre de 2008. Sus bases estéticas se sustentan en dos principios:

1.- La capacidad transretórica de la poesía: la posibilidad de crear efectos poéticos mediante soportes alternativos, géneros híbridos y materia poética no textual.
2.- La descripción del ámbito poético como realidad sintética, simultánea, múltiple, móvil.

A través de este blog irán difundiéndose los productos individuales y colectivos emanados del Taller; se publicará una memoria visual de los procesos artísticos desarrollados; y se dará cuenta de reflexiones y cuestionamientos en torno a la experiencia del trabajo interdisciplinario. Asimismo, ofreceremos a los visitantes una serie de links a páginas, videos u obras que nos provocan empatía y/o nos han servido de punto de partida e inspiración para el desarrollo de nuestras propias creaciones.


7/5/09

Pecha Kucha GDL vol.I

Alfredo Guzmán Tinajero

36

La hoja saluda en silencio,
enrueda el tiempo.
Conocedora de mis intenciones,
apunta a discreción
invisibles trampas.

Cierro cuidadosamente la libreta,
me retiro en silencio.
Apago la luz.

Tomaré venganza.

1/5/09

Sobre "Carne prensada" de Sylvia Figueroa por Xitlali (Jessi) Rodríguez

Y no fue sólo cuestión de la técnica o de una nueva forma de reflejar el mundo visible. No: aquí había surgido un nuevo principio estético.
El principio consiste en que el hombre, por primera vez en la historia del arte y la cultura, había encontrado la posibilidad de fijar de modo inmediato el tiempo, pudiendo reproducirlo (o sea, volver a él) todas las veces que quisiera.

Andrei Tarkovsky, Esculpir el tiempo



Estamos frente a un libro sin final, pero que está acabando. Un libro que ve en la fotografía y su obsesión por lo eterno, el principal planteamiento. La potestad que sobre el tiempo ejerce Carne prensada, se logra con recursos forajidos del lenguaje. Esta obra trabaja con las minucias del gerundio, elemento gramatical despreciado en las construcciones del castellano y que se define como “Forma invariable no personal del verbo que suele denotar acción o estado durativos, anterioridad o simultaneidad, nunca posterioridad, y puede expresar que está siendo”.

La voz de Sylvia Figueroa (Puerto Rico, 1970) recurre a este medio, para borrar cualquier rastro de identidad física o intimista del sujeto, y manejarse a partir de los objetos que la rodean y la delimitan. Cito: “Uno sabe que ya está perdido, pero prefiere asumir la frase menos contundente aunque más terrible: algo se está perdiendo”. Esta conciencia de lo continuo de lo nuca terminado, son sentencias que asisten a lo trágico, por el simple hecho de no atisbar muerte. Las locuciones en tercera persona, acciones de lo impersonal, tratados de las cosas breves como puertas, ventanas, bolsas de plástico… latas de carne prensada y contenida, se desplazan ante la mirada de la autora para lograr una poética de la permanencia.

A partir de estos declives en la perspectiva de alguien que observa lo minúsculo, las compuertas de lo sustentable y lo perecedero se adhieren al aliento vital de la voz del poeta y son repetidas una y otra vez en la circunstancia de las conjugaciones; entonces, el ejercicio literario deviene una especie de Sísifo que remonta cada día la eternidad despeñada sobre él.

De esta manera Sylvia Figueroa vuelve sobre sus propios pasos, no para regresar, sino para avanzar hacia otro espacio en un tiempo que nunca termina, que encuentra en la misma forma, una mutación del sentido. Un truco para escapar de las cosas que por cotidianas se vuelven transparentes.

“Éste es un libro que se repite”, afirma el Intro de Carne prensada. Yo difiero, como la curva difiere del espiral del que pende. Más que un libro que se repite, es un libro-loop, un libro-secuencia, la cadena alimenticia de un organismo en sí mismo consumado y por lo tanto, un libro que mientras se lee, se sigue escribiendo.

La vigencia que alcanza Carne prensada se concreta primero en las acciones. Pero en una segunda parte del libro (pAra mirar de cErca), el texto se va haciendo conciente de una espacialidad y de su condición de objeto. El libro se percibe como cosa, como un campo material de los sentidos. Y nos muestra fotogramas o cuadros de cine extraídos del movimiento y que por lo tanto son instantes disidentes del conjunto.

Tarkovsky se pregunta en dónde reside la naturaleza del arte fílmico de cada autor, y él mismo responde: “En ese sentido se podría decir que es esculpir el tiempo”. Así pues Carne prensada es un tiempo modelado, un tiempo y su espejismo para conjurarlo, una frecuencia que se anula con los mismos tonos invertidos para lograr un libro que no es, sino que está siendo.


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Tomado de: http://elbillardelucrecia.blogspot.com/